Entre treinta y cien personas se han concentrado delante del zoológico de Barcelona como forma de protesta en consecuencia de Marius, la jirafa asesinada en el zoo de Copenhague. La iniciativa, impulsada por el Partido Animalista PACMA, proponía difundir al público la idea de que algunas prácticas de los zoológicos son una privación de libertad para los animales.
Personas congregadas delante de la puerta del zoo // PACMA
La coordinadora de la formación de Barcelona, Patricia Oller, ha declarado a Europa Press que lo que ocurrió hace unos días en el zoo de Dinamarca es terrible y que no debían haber matado a la jirafa delante del público para dársela de comer a los leones. La responsable reconocía que este tipo de prácticas es habitual en todos los zoológicos y se ha reiterado en que no es un caso aislado sino que ocurre con frecuencia, aunque este tipo de actos se realicen a puerta cerrada.
El Zoológico de Barcelona, así como el de Copenhague y otros muchos zoos de Europa forman parte de la organización EAZA (European Association of Zoos and Aquaria), a través del cual -según Oller- se sacrificaron unos 1.700 animales en buen estado de salud a lo largo del año 2013. El PACMA, a través de diferentes protestas, lleva a cabo una laboriosa campaña en pro de los derechos de los animales, y considera que todos ellos tienen derecho inalienable a la vida, la libertad y la integración física y psíquica.
Vía: BTV
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Pero esa jirafa no fue «asesinada» porque había practicado relaciones sexuales endogámicas, cosa que no está permitida, ya que degenera la especie? pregunto!
Básicamente, el problema radica en que a los zoológicos no les interesa una determinada genética para las especies a las que ayudan a conservar en sus instalaciones. Esto conlleva que cuando unos genes ya están representados por alguno de los animales de la especie de la instalación (como es el caso de Marius, que ya había otra jirafa con sus mismos genes) el individuo se vuelve «inútil» para el zoo y, en teoría, para que la especie no se degenere y las futuras generaciones nazcan en las mejores condiciones genéticas, algunos animales son sacrificados. Esto es lo que pasó con Marius y lo que se hace con frecuencia en casi todos los zoológicos. La diferencia radica en que el zoo de Copenhague lo hizo ante el público cuando esta clase de actos se realizan a puerta cerrada.
Sea como sea, lo realmente relevante del asunto es puramente una cuestión moral: de verdad deben sacrificarse animales inocentes que están en buen estado de salud sólo porque «las mismas condiciones genéticas ya están representadas en otro individuo de la misma especie»? Además hay que tener en cuenta que muchos parques y zoológicos ofrecieron a Copenhague la posibilidad de albergar en sus instalaciones a la cría de dieciocho meses, con lo cual no era estrictamente necesario matarla.
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Muchas gracias por aclararlo! Aunque no veo ni medio normal que se decida sacrificar a un animal sólo por tener el mismo código genético que otro, cuando de podría haber optado por una acción más lucrativa, como la de venderlo. Marius se había llegado a reproducir con la otra jirafa?
Como hablábamos antes, Marius era tan solo una cría de jirafa de menos de dos años. La edad reproductiva de las jirafas macho empieza, en teoría, a los seis años aunque en muchas ocasiones no se reproducen hasta los diez. Las hembras, por su parte, están preparadas para aparearse a los cuatro años de edad.
Así pues, Marius no tenía ni de lejos la edad suficiente para haberse llegado a reproducir con otra jirafa.
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